Las creencias urbanas acerca de la economía al conducir un vehículo son discutidas por especialistas del rubro automotor. Además, entregan los consejos reales a la hora de bajar el consumo del combustible, entre ellos tener siempre el estanque en un nivel medio y hacia arriba, y no mantener el embrague pisado en los semáforos.
Hoy comienza uno de los fines de semana más largos del año y con ello, las escapadas para aprovechar los cuatro días libres. De hecho, se espera que para esta festividad se realicen 1,7 millones de viajes en todo el país, de los cuales el 51% se realizarán en auto, según estimaciones de la Subsecretaría de Turismo.
Si la opción es salir por carretera, debe tener en cuenta que el precio de las bencinas subió $5,5 el jueves pasado, llegando a un promedio de $755,3 por litro, mientras que el diésel llega a los $479 el litro.
¿Cómo mermar, entonces, esa alza que afecta directamente el presupuesto? Existen una serie de mitos en torno al ahorro y gasto de combustible, sin embargo expertos aseguran que la mayoría son resultado de la publicidad y malos hábitos de conducción.
Por ejemplo, una de las típicas creencias a la hora de tomar la decisión de comprar un auto era el tamaño de este versus lo gastador que era. Jorge Valenzuela Delarze, socio de la concesionaria automotriz del mismo nombre, explica que el hecho de que el vehículo sea más pequeño no tiene relación con que gaste más o menos bencina, porque ello dependerá de su peso en comparación con la potencia que se necesita para moverlo. "Por ejemplo, una RAM, siendo una camioneta muy grande, tiene un gasto de bencina moderado respecto a un auto de menor tamaño, y esto se debe a la eficiencia que la marca ha incorporado en su motor", señala.
Muchos de los mitos, señala Jonathan Aguilera, docente del área mecánica de Inacap, nacen por el desconocimiento sobre las aplicaciones y versatilidades que tienen hoy los vehículos y por el no saber elegir -dentro de la oferta existente- de acuerdo a las necesidades de traslado de cada persona. "Fuera de esto, podemos hacer que nuestros automóviles ahorren combustible solo aplicando una buena conducción y un estricto orden en sus mantenciones preventivas", dice el académico.
Aquí, los especialistas desclasifican los mitos y verdades que existen en torno al consumo inteligente de bencina.
Evitar el uso del aire acondicionado
Muchos dicen que una buena medida para no gastar de más es apagar el aire acondicionado y dejar entrar aire fresco por las ventanas. Jonathan Aguilera, de Inacap, indica que lo que se desconoce es que desde los 70 km/h hacia arriba la turbulencia que se genera por el aire que entra produce un efecto de frenado sobre el vehículo, aumentando más el consumo que si se tuviese el aire acondicionado encendido. Por lo tanto, siempre será recomendado utilizar el sistema de enfriamiento por sobre la velocidad indicada anteriormente. "Esto, tomando la precaución de que recircule el aire dentro de la cabina, ya que si tratamos de enfriar el que viene del exterior le daremos un trabajo extra al sistema", dice. Sin embargo, cuando se maneja en ciudad (velocidad máxima 60 km/h) efectivamente sí se cumple el mito.
Manejar en neutro
"De la vieja escuela nos quedamos con la idea de que las bajadas deberíamos hacerlas en neutro, pero eso es un gran error", reconoce Gustavo Carmona, docente de las carreras de Mecánica Automotriz y Autotrónica de Duoc UC Valparaíso. En este caso, afirma que siempre se debe bajar con alguna marcha puesta, dado que hoy todos los vehículos funcionan con un sistema de inyección de gasolina electrónico, el cual monitorea en todo momento las condiciones del motor y situación del cambio del vehículo, por lo que, frente a los descensos, la electrónica determina el corte de combustible. Pero si se baja en neutro, continuará el consumo. Esto ocurre tanto en vehículos a gasolina como a diésel.
Valenzuela Delarze agrega que al manejar en neutro virtualmente se suelta el auto para que se desplace, por lo tanto se usan más los frenos y se gasta más bencina.
Los automáticos gastan más que los mecánicos
Las cajas de cambio automáticas tampoco son un derroche de combustible en comparación con un auto mecánico, señala Valenzuela Delarze, ya que hay marcas que han desarrollado sistemas de alta eficiencia. "Por ejemplo, un Jeep Cherokee que antes funcionaba con cinco velocidades hoy lo hace con nueve, por lo que el consumo de combustible tiene un procesamiento más acorde a la dinámica del vehículo", apunta.
Un auto pequeño gasta menos que uno grande
Es común escuchar que un automóvil de cilindrada pequeña consume menos combustible. Desde Inacap dicen que si bien esto tiene una parte de verdad, ello dependerá de la aplicación que se le dé al auto, el peso del mismo y de la forma de conducción. Si los trayectos se realizan solo por la congestionada ciudad, un motor pequeño (menos de 1.500 cc) será la solución ideal, siempre y cuando no se cargue mucho. Por otra parte, si se viaja mucho por carretera -donde la velocidad oscila entre 100 y 120 km/h-, lo ideal son los motores más grandes (desde 1.500 cc), porque tienden a ir menos revolucionados a mayor velocidad.
Conducir en una marcha alta a baja velocidad
Por más que se piense que puede significar un ahorro en combustible, esta práctica obliga al conductor a pisar más el acelerador para mantener la velocidad. Esto provoca que la unidad de control ordene aumentar la cantidad de combustible dentro del cilindro, de forma que se mantenga la potencia. Por esto es necesario manejar dentro del rango de revoluciones definido para cada marcha, que por lo general oscilan entre las 2.500 y tres mil rpm en un motor a gasolina.
Usar aditivos en el sistema de combustible
Gustavo Carmona, de Duoc UC Valparaíso, explica que el insertar aditivos al sistema de combustible o al de admisión de aire (unos imanes permanentes que se usan en la línea de combustible antes de llegar al motor) busca ionizar la gasolina para permitir una quema mejor de la mezcla dentro del motor. Sin embargo, dice que dicho proceso no altera el comportamiento molecular de la bencina y no produce cambios importantes en el proceso de combustión.
Inflar de más los neumáticos.
Se cree que si se aplica exceso de presión de aire en las ruedas, estas girarán de manera más fácil, por ende el automóvil tenderá a moverse con menos resistencia. Si bien hay algo de razón, ya que un neumático muy desinflado podría provocar un aumento en el consumo de combustible, todo va a depender nuevamente de la carga que se le adiciona al vehículo. "Si este va muy vacío, por ejemplo, solo con el conductor y no más carga que una mochila, algunas marcas aconsejan cargar más aire en las ruedas. Eso sí, hay que tener en consideración que esta acción lleva a cambiar un poco el estilo de conducción, sobre todo con pasos de curvas más lentos, ya que el área de apoyo de la banda de rodado del neumático se reduce, lo que podría producir una inestabilidad en la dirección y tracción del vehículo", señala Jonathan Aguilera.
El tipo de bencina influye en la economía
Algunos piensan que entre más octanaje tenga la bencina, mejor es, pero eso no siempre es así. Técnicamente, el octanaje es el aditivo que evita que la gasolina se autoinflame antes de tiempo, por ello es necesario que los vehículos de altas prestaciones o de gran rendimiento mecánico utilicen 97 octanos o más vitaminas. "Si tiene un vehículo promedio no es necesario un octanaje tan alto y una de 95 bastará, más aun si siempre se transita en ciudad. Pero si se va a viajar al sur, se recomiendan 97 octanos. Se notará el ahorro, teniendo en cuenta lo que recomienda el fabricante para un determinado motor", explican desde Duoc UC Valparaíso.// Economía y Negocios
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