La pomada antiinflamatoria Chilcaflam de industria boliviana fue creada por los investigadores de la Carrera de Química de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), en La Paz, en coordinación con la empresa farmacéutica Lafar SA, medicamento mucho mejor que el diclofenaco, para las inflaciones generadas por los golpes.
“Trabajaron físicos, químicos, farmacólogos, biotecnólogos, médicos y otros para obtener la crema antiinflamatoria a partir de la Chilca, planta tradicional usada para contra inflamaciones. Ya se ha probado y se demostró que es más eficaz que el diclofenaco gel”, dijo a Erbol Digital Giovanna Almanza, coordinadora del proyecto.
La investigación inició en 2007 como la tesis de maestría de Lily Salcedo, que fue respaldado con recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) de la UMSA, la Agencia Sueca de Cooperación Internacional (ASDI), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que en total costó al menos dos millones de bolivianos.
El producto fue elaborado en base a la planta de la Chilca o Baccharis latifolia que se produce en la zonas del valle y altiplano boliviano, las hojas del arbusto es empleada por los habitantes generalmente como parche para curar fracturas y dislocaciones de los huesos.
Chilcaflam ya fue patentado y está siendo probado por fisioterapeutas donde se reportaron mayor eficacia en la cura. La crema es de color blanco verduzco y el prototipo está en un envase de 10 gramos, pero para el mercado prevén sacar de 20 gramos que costaría entre 10 a 20 bolivianos.
El producto fue obtenido tras varios años de investigaciones del equipo multidisciplinario de la UMSA que realizó los estudios hasta del suelo donde se desarrolla la planta y también pasó por procedimientos clínicos incluso con ratones para hacer las pruebas.
El fin de la investigación es desarrollar productos con valor agregado a partir de los recursos naturales en base a la investigación con equipos multidisciplinarios y cooperación entre la universidad y las empresas, pero es muy difícil concretar los proyectos porque se necesita trabajar y consensuar los objetivos, compartir los recursos para los emprendimientos de interés de las financiadoras, señala.// Erbol (BO)
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